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Dos expertas en neurodesarrollo infantil explican por qué las rabietas son necesarias
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Dos expertas en neurodesarrollo infantil explican por qué las rabietas son necesarias

El desarrollo de los niños es complejo, tienen que pasar por muchas fases durante sus primeros años de vida y Alejandra y Beatriz saben mucho sobre ello

Foto: Bea y Alejandra en Creciendo Conscientes (YouTube)
Bea y Alejandra en Creciendo Conscientes (YouTube)

Las rabietas en los niños de tres años son una etapa esencial en su desarrollo, pese a ser una de las más complicadas para los padres. Según Beatriz y Alejandra, expertas en neurodesarrollo infantil y presentadoras del pódcast Creciendo Conscientes, estos episodios son necesarios para que los pequeños comiencen a reafirmarse como individuos y a entender su lugar en el mundo.

Las especialistas explican que esta fase, caracterizada por enfados, gritos y negativas constantes, es un signo positivo del proceso de crecimiento. "Tienen que pasarlas", insisten, mostrando su preocupación ante padres que aseguran que sus hijos "nunca lloran o nunca se enfadan". Esta falta de expresión emocional podría indicar un desarrollo anómalo y alejado de lo esperado en esta etapa.

El temperamento y la construcción del carácter

Según las expertas, todos los niños nacen con un temperamento innato, que puede manifestarse en distintos niveles. Sin embargo, el carácter es algo que se modela con el tiempo, especialmente cuando se les enseña a tolerar la frustración. "Me preocupa cuando me dicen que mi hijo es muy bueno", señalan, diferenciando entre temperamento natural y la construcción de un carácter equilibrado mediante normas y aprendizaje.

Este comportamiento desafiante, que incluye enfrentarse a los límites y mostrar su enfado de forma intensa, es una parte crucial para su desarrollo. "Contraponerse con la norma" es, para Beatriz y Alejandra, el primer paso para que los niños comiencen a sacar su personalidad y a construir su identidad poco a poco.

Señal de desarrollo saludable

Ante las preocupaciones de algunos padres, las expertas recalcan que este comportamiento, aunque desafiante, es completamente normal. "Es normal y está muy bien", afirman. Ver a un niño de tres años gritar, patalear o negarse a cumplir órdenes no debe alarmar a las familias, sino interpretarse como una oportunidad de acompañamiento en su crecimiento.

Foto: Un grupo de niños y una profesora en una escuela infantil (iStock)

Para abordar las rabietas de manera efectiva, Beatriz y Alejandra aconsejan aplicar paciencia, límites claros y una comprensión profunda de lo que implica esta etapa. Entender que estos comportamientos forman parte del proceso natural de descubrimiento de los niños es la clave para manejarlos con éxito.

Las rabietas en los niños de tres años son una etapa esencial en su desarrollo, pese a ser una de las más complicadas para los padres. Según Beatriz y Alejandra, expertas en neurodesarrollo infantil y presentadoras del pódcast Creciendo Conscientes, estos episodios son necesarios para que los pequeños comiencen a reafirmarse como individuos y a entender su lugar en el mundo.

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